6.9.10

"Benito Cereno" - TEMA DE DISCUSIÓN 13

Dominadores y dominados

[Este aporte ha sido editado. Se incluyen comentarios del docente a lo largo del texto.]

Dice Luciana Laguisquet:

Para trabajar con este complejo relato, me gustaría plantear una hipótesis sobre los temas que a mi entender trata, dejo en claro que es sólo una posible punta del iceberg, una línea de trabajo para analizar.
Pienso que es un texto amenazante, un texto que plantea la posibilidad de diferentes realidades, y la imposibilidad humana de verlas, guiados siempre por la realidad de los poderosos, la dominante. De cómo esta mirada única nos hace caer en un engaño, y en algunos casos terminar como el pobre Alejandro Aranda, convertidos en un cadáver atado en la proa del barco.
Benito Cereno, encarna a España, el país que fue el poderoso, el dominante, y que empieza a decaer. Él y su tripulación caerán en el engaño de los esclavos. Delano, sería el representante norteamericano,* los nuevos poderosos, quienes salen venturosos de este problema, pero no precisamente por su brillantez, sino porque a último momento Cereno se lanza a su barco, lo que empieza la cadena que llevará a descubrir la mentira de los esclavos. Cabe aclarar que incluso en este momento Delano primero piensa que Benito Cereno se lanza a atacarlo y que Babo se acerca a defender a su capitán, no a asesinarlo; es decir que tarda bastante en darse cuenta de lo que está pasando; su “realidad” no está capacitada para aceptar que el peligro pueda venir desde los esclavos. Lo mismo que, páginas adelante, descubriremos sucedió en un principio con los españoles, nunca creyeron que los esclavos podrían atacarlos.
Esta novela es una red de engaños, los que suceden en la trama, pero también en la estructura hacia el lector. Pienso que estos últimos son el centro de la novela (si el lector caerá o no en las trampas). Creo que la clave de esto, donde se da una pista de cuál es el verdadero tema está en la primera página (como en todo buen libro):
Al tener en cuenta la soledad y desamparo de aquel lugar, y las historias que en aquellos tiempos se contaban sobre esos mares, el asombro del Capitán Delano podría haberse convertido en grave preocupación, de no haber sido una persona de bondadoso carácter y extraordinariamente crédula, y nada inclinada, salvo ante un estímulo extraño y repetido, y aún entonces difícilmente, a ceder ante sentimientos de alarma que de algún modo implicaran la suposición de que los hombres actuarán con malignidad. Que los sabios decidan si, a la vista de todo aquello de que es capaz la humanidad, semejante rasgo pone de manifiesto o no, junto con un corazón benevolente, una particular agudeza y exactitud de percepción intelectual. [Subr. de Luciana]
Desde mi punto de vista, a partir de acá, Melville nos dice: señor lector, todo en este texto puede y debe ponerse en tela de juicio, es su decisión qué piensa en relación a todo lo que se plantee, empezando por las características de Delano, podrá caer en la trampa de asumir que son cualidades, o sospechar.
Definitivamente en esta novela hay que sospechar de todo. Lo complicado, y parte de la genialidad del autor, es cómo mezcla los pensamientos de Delano con la narración aparentemente hecha por un narrador objetivo. La realidad de Delano (dominante), su visión sobre las cosas, se nos interpone todo el tiempo, desvirtuando la narración objetiva. ¿Melville quizás se pregunta si existe realmente la posibilidad de una narración, y por lo tanto una mirada objetiva?
Por último, volviendo a lo que señalaba al principio sobre la realidad de los poderosos versus la realidad de los sometidos, por lo tanto los [que se ven como] inferiores,** me gustaría señalar que a mi entender no sólo los negros son puestos como amenaza, sino que las mujeres de esta obra (aunque sean mujeres negras, esclavas, me detengo en ellas como mujeres en general, otro grupo considerado débil e inferior), son muy interesantes de analizar. En la parte del relato en que Delano está en el barco español, el capitán estadounidense se maravilla y tranquiliza con estas mujeres, observa a una mujer negra con su hijo y deja a un lado sus sospechas, luego de una descripción de la mujer. Delano piensa: “Esta es la naturaleza al desnudo, puro amor y ternura, pensó el capitán Delano fascinado. Este incidente le llevó a observar a las otras negras con mayor detenimiento. Le gustaron sus maneras: como muchas mujeres no civilizadas, parecían a la vez tiernas de corazón y robustas de constitución…” Así se nos presenta, a través de Delano, a las mujeres en el inicio. Al final, cuando se devela la verdad (una verdad supuesta, si seguimos cayendo en las trampas, ya que seguimos siendo guiados por relatos de poderosos), esto se dirá de las mujeres: “las negras, todas ellas en edad, conocían la rebelión y se mostraron satisfechas de la muerte de su amo [...] si los negros no las hubieran contenido, habrían torturado hasta la muerte […]”. [No parece adecuado comparar ambos pasajes sin distinguir que uno corresponde a la visión de Delano y el otro a la declaración de Benito Cereno.]
Algo similar pasa con el otro personaje representante de otra raza inferior, el mulato Francisco, que al inicio Delano ve como un fiel servidor, y después se dice “…formaba parte de la primer banda de rebeldes, y que en todo fue instrumento y criatura del negro Babo…”. [Lo mismo que se dijo antes pasa aquí: esto último forma parte de la deposición de Cereno.] Con estos personajes pretendo reafirmar la idea de que no se habla solamente de la realidad de los negros, sino de las realidades de todos aquellos que no están dentro del discurso del poder, de la realidad dominante.

* Habría que decir estadounidense, que es a quienes se refiere Luciana; obviamente ni canadienses, ni la mayor parte de los mexicanos, que son tan norteamericanos como Melville o Delano, están incluidos entre aquellos de los que se habla aquí.
** Sin el agregado entre paréntesis, el texto se leía así: "por lo tanto los inferiores", lo que significa afirmar, por parte de la autora, que son inferiores; obviamente, esa no es la intención. Se asume que toda afirmación de un texto crítico, como este, es una afirmación del autor o autora, salvo que se diga lo contrario (en forma explícita o por otra vía -por ejemplo, si se usa un tono claramente paródico-)

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