27.8.10

"Benito Cereno" - TEMA DE DISCUSIÓN 1

Elementos románticos en "Benito Cereno"
Valentina Canoniero encuentra elementos románticos en el texto de Melville. Como ejemplo menciona este pasaje:
El amanecer era característico de esa costa. Todo estaba mudo y encalmado; todo era gris. El mar, aunque cruzado por las largas ondas del oleaje, parecía fijo, con la superficie bruñida como plomo ondulado que se  hubiera enfriado y solidificado en el molde de un fundidor.
Bandadas de aves de color gris turbio estrechamente entremezcladas con jirones de vapores de un gris igualmente turbio pasaban a rachas en vuelo rasante sobre las aguas, como golondrinas sobre un prado antes de una tormenta. Sombras presentes que anunciaban la llegada de sombras más profundas.
Dice Valentina: Lo relativo a lo gris, la mención alamanecer y el tono romántico con el que se describe el mar, tiende como a lo oscuro y sombrío propio de esta corriente. Se reitera la palabra gris en algunas ocasiones haciendo mención a lo triste, a lo depresivo.
Otro de los rasgos que Valentina señala como románticos es la importancia de lo sensorial. Menciona los siguientes pasajes:
Ya era cerca de mediodía, aunque por el matiz gris que lo teñía todo, más bien parecía que estuviera llegando el atardecer. La calma acabó de confirmarse. En la lejana distancia, libre del influjo de la tierra, el plomizo océano parecía terso y emplomado, su curso extinguido, sin alma, difunto 
y
al comprobar el benigno aspecto de la naturaleza, que gozaba del inocente reposo del anochecer, con el sol ya oculto tras el apacible horizonte del Oeste, brillando como el suave resplandor de la tienda de Abraham.
Y comenta: "En lo romántico se alude a los estados del clima, a la naturaleza, a sus colores y sus formas y [se] apela a los sentidos mediante estos medios."

4 comentarios:

  1. Marcelo Sosa comenta:
    No es por sacar el cuerpo a la discusión de las corrientes literarias (que al fin y al cabo tiene mucho que ver con el curso), pero no creo que las corrientes sean tan rígidas como para atar un recurso a tal o cual corriente. Es decir, sí, es cierto, la prosopopeya es habitual en el romanticismo, pero también es común en literatura más variada, por ejemplo.

    ResponderEliminar
  2. Daniela de los Santos comenta:

    Sólo a los efectos de ampliar un poco este aporte: ciertamente, los elementos del Romanticismo Oscuro, corriente en la cual se suele clasificar a Melville, aparecen muy claros.

    Estos románticos están fuertemente influidos por el trascendentalismo (movimiento que plantea una relación muy espiritual y original con el universo y que considera a la naturaleza casi como un “mediador” orgánico con la divinidad); sin embargo, son mucho menos optimistas acerca de la condición humana (para los trascendentalistas la perfección era una cualidad innata del hombre), la naturaleza y la divinidad. De hecho, la naturaleza se presenta en este romanticismo como algo que se contempla bajo una luz siniestra: el mundo natural es sombrío, decadente, misterioso, y sus revelaciones al hombre son de carácter negativo, prácticamente maligno.

    Estas características están presentes en los pasajes que citaba Valentina: hay muchas connotaciones de lo sombrío y lo oscuro. Aparece la presencia de la niebla como algo engañoso, casi molesto a la hora de cumplir el objetivo del capitán (identificar el barco que podría estar en apuros). Hay también vapores y otros elementos que alimentan la poca visibilidad, la pesadez, y esa idea de la confusión, del suspenso, de las siluetas poco definidas, del misterio.

    En este sentido, casi como si el barco mismo fuese parte de esta naturaleza, se camufla en las sombras, en los vapores naturales. Hay cierto paralelismo entre las acciones del barco y de los elementos naturales:
    "Podía haber sido tan sólo un engaño de la niebla, pero cuanto más tiempo se le observaba, tanto más singulares parecían las maniobras de aquel velero. Poco después resultaba difícil conjeturar si se proponía entrar o no, qué quería o qué pretendía hacer. El viento, que había arreciado un poco durante la noche, era ahora extremadamente suave y variable, lo cual aumentaba la aparente inseguridad de sus movimientos."

    Y también, algo antes, se menciona cómo el sol va subiendo al mismo tiempo que el barco se va haciendo visible:
    "Sin perder interés, el capitán Delano siguió observándolo, tarea que en nada facilitaban los vapores que cubrían el casco, a través de los cuales la lejana luz matinal del camarote fluía con considerable ambigüedad; al igual que el sol, que empezaba a mostrar su truncada esfera sobre la línea del horizonte aparentando acompañar al desconocido que entraba en la ensenada…"

    Este tipo de paralelismos son comunes en los románticos.
    Otro elemento romántico que noto presente es aquel de la admiración de la naturaleza por sobre lo material, lo creado: el barco se podría comparar con una ruina, algo a lo que la naturaleza ha “vencido”, arreciado:

    "La quilla parecía desarmada, las cuadernas rejuntadas, y la propia nave botada desde el «Valle de los Huesos Secos» de Ezequiel."

    [Este comentario ha sido ligeramente editado.]

    ResponderEliminar
  3. Marcelo Sosa comenta:
    No es por sacar el cuerpo a la discusión de las corrientes literarias (que al fin y al cabo tiene mucho que ver con el curso), pero no creo que las corrientes sean tan rígidas como para atar un recurso a tal o cual corriente. Es decir, sí, es cierto, la prosopopeya es habitual en el romanticismo, pero también es común en literatura más variada, por ejemplo.

    ResponderEliminar
  4. [Este comentario ha sido editado.]

    Alexandra Machado comenta:

    La primera descripción de un personaje es el del Capitán Delano y ésta es romántica:
    “Considerando la soledad y el desamparo del lugar, y la clase de historias que en aquellos días se asociaban a esos mares, la sorpresa del capitán Delano se hubiera trocado en intranquilidad de no haber sido éste una persona de naturaleza singularmente confiada, que no tendía, excepto a causa de extraordinarios y reiterados motivos, y aún así difícilmente, a permitirse sentimientos de alarma que implicaran de alguna manera la imputación de perversa maldad en el prójimo.”
    No habla desde lo visual, lo externo, lo físico. Hasta se podría decir que intenta no llegar a una descripción clara y precisa. Habla del personaje desde lo particular, de sentimientos, de una supuesta reacción. La descripción trata de la personalidad, de su interior desde lo subjetivo. Se puede entender al Capitán como una persona que huye de los prejuicios dejando en el lector un guiño de buena persona. Se puede considerar la reacción del Capitán como lo “primitivo” de su personalidad. Las reacciones humanas surgen frente a un estímulo y son de un estado natura (aunque luego esa reacción “natural” pasa a ser forzosa debido a los prejuicios, como lo llama el personaje):
    “…la lejana luz matinal del camarote fluía con considerable ambigüedad; al igual que el sol, que empezaba a mostrar su truncada esfera sobre la línea del horizonte aparentando acompañar al desconocido que entraba en la ensenada, y que, velado por esas mismas nubes bajas y errantes, aparecía de forma no muy distinta al siniestro único ojo de una intrigante de Lima acechando la plaza desde la rendija india de su oscura saya y manta.”
    En toda la descripción de la situación que sufría el barco “Santo Domingo”, que observa Delano, también encontramos un perfil romántico, no solo por la imagen que involucra la naturaleza, que la encontramos oscura (como una compañera anteriormente la describió) y dificultosa a la vista del personaje, sino que también porque esa naturaleza, el paisaje, deja de ser considerado como algo que estuviera vivo. La naturaleza actúa y el marco visual va acompañando, generando y replanteando pensamientos y sentimientos al personaje.
    Se puede considerar una comparación del autor del presente representado por el barco con respecto al pasado considerado por los románticos como el pasado ideal. [...] Es un pasado irrecuperable:
    “Naves anticuadas cargadas de tesoros de Acapulco o fragatas retiradas de la armada real española, que, como arruinados palacios italianos, a pesar de la decadencia de sus propietarios, conservaban todavía vestigios de su apariencia original.”
    [Estas y otras imágenes] son ensoñaciones del pasado, el estado puro de la verdadera identidad de lo que se vive actualmente. La cultura y tradición en su pleno estado natural tras la melancolía y admiración del romántico, intentando revivir ese espíritu.

    ResponderEliminar