29.8.10

"Benito Cereno" - TEMA DE DISCUSIÓN 6


Cruce y/o conflicto de idiomas y culturas

Bajo el título "Las pesadas armas de la civilización", Ana Valentina Toloza escribe sobre “el choque, la fractura entre dos culturas que no se comprenden”.
Desarrolla Ana Valentina:
Esta incomprensión “envuelve” todo el relato, desde el comienzo y durante el desarrollo, mientras Amasa Delano (co-protagonista del cuento, a mi entender)* trata de desentrañar el enigma que el barco Santo Domingo** carga sobre su espaldas, hasta el final, cuando descubrimos que todos los extraños sucesos percibidos tienen una causa y ella es que los esclavos intentaron liberarse apropiándose del barco para llegar a su tierras.
Uno de los posibles ejes temáticos a través de los cuales pienso abordar el cuento consiste en la existencia de ciertos aspectos oscuros y destructivos del actuar humano, de su carga civilizadora y los crueles efectos de la opresión social sobre el ser humano; también la incomprensión entre culturas diferentes. Considero que la obra sugiere una temática vinculada a ciertas concepciones de la época, sobre todo al sometimiento de una etnia sobre otra.
Los personajes centrales del relato, así como la sociedad que los recibe luego de su aventura, se muestran incapaces de comprender cómo la sumisión y las injusticias raciales pueden producir violencia al luchar por la libertad y al intentar liberarse del yugo. De esta manera, percibo en diferentes aspectos del texto cómo la rebelión de los esclavos es concebida más como un acto malicioso que como una necesidad propia del ser humano luego de ser sometido generación tras generación.
Es en el desenlace de la obra en donde algunas incógnitas posibles en torno a la extrañeza del actuar de la tripulación del barco Santo Domingo se develan; el lector entiende que la embarcación fue tomada bajo el poder de los esclavos, los que inicialmente serían trasladados con la finalidad de ser comercializados. Parece que los capitanes A. Delano y B. Cereno no entendieran cabalmente la significación de la rebelión de los esclavos, claro está que no la creen posible. [Nota de E.I.: No entiendo esta observación. Una vez que la rebelión sucede y triunfa, Cereno obviamente tiene que creerla posible.]
Este desenlace, sin embargo, se nos va presentando con reticencias ya que la técnica narrativa utilizada por el autor consiste en la generación de misterio y expectativas en torno a los personajes que participan el la acción. Cabe destacar que percibo cierta complejidad narrativa que permite la generación de espacios en blanco, de ciertas incógnitas, sobre los misteriosos acontecimientos que luego son factibles de ser comprendidos en las declaraciones finales del personaje Benito Cereno. Contribuye, en gran medida, a suscitar esta sensación de incógnita en el lector, el punto de vista y el grado de conocimiento del narrador sobre las acciones que se presentan en el cuento: su punto de vista externo nos ubica por fuera de los acontecimientos narrados, como si fuera un espectador externo pero con un conocimiento exhaustivo solamente de los pensamientos del capitán Amasa Delano; esto determina que el narrador posea una perspectiva limitada (equisciente) y nos deje vacíos sobre el verdadero actuar y los pensamientos de Benito Cereno, personaje que, según luego sabremos, conoce la perspectiva no narrada en el desarrollo del relato y que tanto misterio genera en el lector.
[...]
En las declaraciones finales del español B. Cereno se revela el plan gestado por los esclavos en función de su liberación. Parece que la rebelión de los mismos fuese interpretada como un acto violento en extremo, hasta malicioso, dejando de lado que perseguían un fin ulterior luego de la situación de sumisión pasada.
En este sentido, considero muy importante simbólicamente el relato de la muerte de Alejandro Aranda. Los esclavos deciden asesinar a su amo para poder liberarse, su muerte es trágica pues termina siendo mutilado y llevado a rastras por la cubierta; pienso que la cruenta muerte puede estar vinculada al deseo de liberación contenido de los largamente sometidos. Este simbolismo no es captado por Benito Cereno que sólo termina compadeciendo la infortunada suerte de su entrañable amigo. Tal vez se pueda reflexionar sobre cómo la injusticia o la maldad reinante pueden producir un efecto devastador y deshumanizador sobre las relaciones humanas.
Otro aspecto a destacar es la clara intención de Babo, mentor del plan, de llegar “a un país negro” donde la libertad fuera inminente. Parece que la liberación sólo pudiera producirse en estos términos a causa de un entorno social que fomenta las desigualdades étnicas.
Finalmente, quisiera destacar un fragmento del diálogo final entre los capitanes A. Delano y B. Cereno
-Usted generaliza, don Benito, y muy lúgubremente. Pero lo pasado, pasado está. ¿Por qué moralizar sobre ello? Olvídelo. Vea: el radiante sol ya todo lo ha olvidado, y también el cielo y el mar, tan azules; ellos ya han vuelto nuevas páginas.
-Porque no tienen memoria -replicó sin ánimo- porque no son humanos.
-Pero ¿y el suave soplo de los alisios que acaricia ahora su mejilla, don Benito? ¿No le trae un alivio casi humano? Son los alisios amigos cálidos y constantes.
-Con su constancia no hacen sino empujarme hacia mi tumba, señor -fue su profética respuesta.
-¡Se ha salvado, don Benito! -exclamó entonces el capitán Delano, cada vez más asombrado y entristecido-. Se ha salvado, ¿qué es, pues, lo que proyecta tal sombra sobre usted?
-El negro.
Se hizo el silencio mientras el melancólico don Benito permanecía sentado, envolviéndose lenta e inconscientemente en su capa, como en un sudario.
Aquel día ya no conversaron más.
Esta cita de texto me remite a los vestigios de la experiencia vivida por Benito Cereno, parece que es imposible liberarse de ella. La figura de “el negro” se enfrenta a las “pesadas armas de la civilización”, se impone en sus recuerdos. La muerte ha llegado en manos de los largamente relegados.

* Veo que varios estudiantes asumen que el protagonista es Benito Cereno, por el hecho de que su nombre sirve de título al relato. La titulación es un indicador de lectura muy importante, pero el concepto de protagonista refiere principalmente la importancia de un personaje como eje ya sea de la trama y/o del sentido del relato. A menudo, el eje o el centro de la trama coincide con el del sentido del texto. Así, en Don Quijote, el personaje titular es eje de la trama (cuyo desarrollo se corresponde la mayor parte del tiempo con la serie de cosas que le acontecen a Don Quijote), y podemos asumir que es también el centro de la significación del texto (más que otros personajes, como Sancho Panza, por ejemplo). Pero en otros casos no es así. En “Benito Cereno”, es difícil decir si Cereno o Delano es el protagonista; de hecho, una de las cosas más significativas del relato es que según cómo lo interpretemos es que consideremos protagonista a uno u otro. Incluso algunos críticos han sostenido que el personaje más próximo a una figura de protagonista es Babo. La principal pregunta quizá sea: ¿de qué habla, sobre todo, el relato? De la respuesta que demos a esa pregunta depende a quién consideremos protagonista. Por ejemplo: si consideramos que el relato habla “sobre todo” de lo que le pasó a un barco español y sus tripulantes, entonces entenderíamos, seguramente, que el protagonista es Cereno, pero si entendemos que el relato habla “más bien” de lo que le pasó a Delano, entonces él será el protagonista. Noten que esto es clave para el tema que plantea Ana Valentina: ¿de qué habla (sobre todo) el relato: de lo que pasa con los personajes hispánicos o de lo que percibe (de ellos) el personaje anglófono? Dicho de otro modo, y retomando la figura, propuesta por Ana Valentina, del “choque, la fractura entre dos culturas que no se comprenden”, ¿este relato, escrito por un escritor estadounidense anglófono para una audiencia estadounidense anglófona, es sobre una cultura-otra (la sudamericana hispánica), o más bien sobre su propia cultura (sobre la percepción que su cultura tiene o puede tener de una cultura-otra y en particular de la cultura sudamericana hispánica)?
** Melville escribe San Dominick, lo cual no es ni español ni inglés, sino una aparente mezcla de ambos idiomas. Melville eligió inventar un nombre que no puede existir ni en inglés ni en español, sugiriendo así que aquello de lo que habla es imposible de ser dicho (de ser representado, y de ser comprendido), dentro de los límites de un solo idioma. Algunos traductores españoles cometen el error de ‘normalizar’ el nombre, traduciéndolo como Santo Domingo. ¿No estamos aquí ante el mismo problema de (in)comprensión transcultural y transidiomática del que habla Melville? Sus traductores españoles a veces son incapaces de pensar más allá de la oposición binaria español o inglés, mientras que Melville está justamente transgrediendo tales categorías, al elegir una suerte de spanglish, o ingleñol, por así decirlo.

1 comentario:

  1. Francisco de León comenta:
    Resulta bastante relevante el tema planteado por Ana Valentina. El título de la obra es Benito Cereno pero, sin embargo, parece surgir la duda de si es, efectivamente, el español el protagonista, o si es Amasa Delano, o incluso Babo. Esta duda se plantea teniendo en cuenta que el título es epónimo, sin embargo, debe pensarse en un posible contenido simbólico del mismo. El capitán español podría representar la crisis en el liderazgo ejercido por su propia nación, ya que como el profesor comenta en una entrada anterior ("liderazgo en Benito Cereno"), los sucesos se sitúan cuando esto sucede. Una lectura del texto que parece ser común a aquellos que participaron en el foro, indica que se pretende "hacer ver" al lector la cantidad de prejuicios que alberga su razón. El único que parece percibir claramente el error cometido es Benito Cereno, ya que, como se observa claramente en la cita de Ana Valentina, mientras Delano sugiere que se olvide el episodio, el español se sume en profundas reflexiones sobre lo acontecido. La atmósfera oscura, presente al comenzar el relato, se ha disipado junto con la rebelión de los negros. Delano pretende que su interlocutor olvide lo sucedido de la misma forma en que "la naturaleza lo olvidó", pero el capitán español responde que los elementos naturales mencionados no son humanos. Se podría interpretar que el sol, el cielo y el mar, que todo "lo olvidaron", representan a quienes leen sin reparar en el contenido del relato, y no son humanos, porque no son capaces de percibir toda la injusticia que se ve en el texto. De esta forma, habrá lectores que se verán acompañados por sus prejuicios hasta la muerte, como se puede aventurar que le sucederá a Delano; lectores que, rompiendo la barrera de los prejuicios (con no pequeñas dificultades), tomarán una postura similar a la de Benito Cereno; o tal vez haya lectores que siendo, como Babo, menos prejuiciosos, vean la situación con más claridad.

    [Menciono esto recién ahora porque no quería condicionar demasiado la discusión al introducir. Mi propia interpretación del título es que "Benito Cereno" (el del título) no es tanto el personaje Benito Cereno -quiero decir: ese personaje al que le pasan cosas, digamos-, sino "Benito Cereno", es decir, lo que Delano es capaz de ver. Si este es un relato sobre (im)comprensión intercultural, y más precisamente sobre la (im)posibilidad de "realmente" entender -percibir- al 'otro', sería contrario a la razón de ser misma del texto, a su núcleo conceptual, titular el relato con el nombre de un personaje que, por definición, es aquello que no podemos (ni Delano ni, seguramente, nosotros podemos), propiamente conocer. Lo que ocupa el título del relato, Benito Cereno, no es esa identidad inaccesible sino la imagen que nos hacemos (o, en todo caso, que Delano se hace), de esa identidad. Es el mismo problema que se presenta, mucho más intensamente, ante Babo. Pero titular "Babo" hubiera sido un gesto demasiado fuerte y obvio, y Melville no era dado a tal tipo de cosas. Más bien, lo contrario. E. I.]

    ResponderEliminar